Este método es el más antiguo que existe, aunque sigue siendo uno de los más útiles. Esta técnica se basa en la extirpación o destrucción de una parte del encéfalo de un animal de laboratorio, y no implica la extracción del tejido cerebral, aunque no se descarta.
Para realizarlo, se realiza una lesión subcortical con la ayuda de un equipo estereotáxico, como el que aparece a continuación:
Una vez hecha la lesión subcortical, se obtienen las coordenanadas en un atlas estereotáxico (como el de la imagen), y luego se situa la punta del electrodo en el objetivo.
La lesión se realiza haciendo pasar una corriente a través del electrodo, o infundiendo un aminoácido excitador a través de
la cánula en el objetivo, produciendose así la lesión excitotóxica. La imagen
que aparece a continuación es una imagen real de una ablación realizada a una
rata.
Una vez realizada la lesión se deja al animal recuperarse de la anestesia y se
observa su conducta. En caso de que el animal se sacrificara, su cerebro, tras
perfundirlo con una solución salina y conservarlo varios días en un fijador como
el formol, se corta en finas capas y se observa en el microscopio óptico.
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